La Helicobacter pylori es una bacteria que se fija en las mucosas, la capa que protege los tejidos del estómago y el duodeno (parte del intestino delgado que sigue al estómago) e infecta el revestimiento del estómago.
Esta bacteria produce una toxina que causa inflamación durante un largo período de tiempo, es decir, se convierte en una gastritis crónica. Es una bacteria que el sistema inmunitario es incapaz de erradicar.
Los síntomas de una enfermedad gástrica surgen en la etapa adulta, sin embargo el contagio de H. pylori ocurre en la infancia de manera fecal-oral por agua contaminada o a través de los alimentos. Esta bacteria está presente en más de la mitad de la población mundial, en los países subdesarrollados afecta al 80% de la población y en los países más desarrollados afecta al 30%.

PH ALCALINO - PH ÁCIDO
El ph (potencial de hidrógeno) es una forma de medir la alcalinidad o grado de acidez del cuerpo. En este caso nos interesa el del estómago.
Un estómago sano tiene un ph de entre 1 y 3, es ácido. Debajo tiene una mucosa protectora para que el ácido no penetre e irrite. El estómago produce ácido clorhídrico para poder digerir los alimentos y extraer de ellos los nutrientes.
Debido al uso de tratamientos farmacológicos, el ph puede perder cierto grado de acidez y llegar a tener un ph de 4-5 por ejemplo. Esto hace que se pierda el moco protector, el ph queda contra la mucosa y ésta se irrita. De ahí que sintamos acidez, un síntoma muy común, y es que el ácido quema la mucosa y duele.
Si el estómago llega a estar alcalino nuestro estómago dejará de funcionar bien, y no romperá proteínas, dejará de asimilar nutrientes, tendremos peores digestiones, etc.Para volver al estado ácido el proceso puede ser molesto.
Lo más habitual es que nos centremos en el síntoma de la acidez por ejemplo tomando antiácidos o calmantes del dolor (analgésicos) pero no le estaremos haciendo ningún favor ya que reducen de forma química la producción de ácido en el estómago y destrozan la flora intestinal.
¿Cuáles son los síntomas más comunes?
- Dolor en la zona de arriba del estómago
- Eructos y regurgitación
- Fatiga, acidez
- Indigestión o dispepsia
- Náuseas o vómitos
- Puedes no tener ninguno de estos síntomas. Puede que a veces de mucha “guerra” y otras que cause graves trastornos
Tratamiento
Existen opciones naturales para tratar el H. Pylori sin necesidad de tomar fármacos.
En Herbolario El Búho contamos con una excelente selección de complementos efectivos para erradicarlo y reestablecer la flora para que no haya recaídas. Os dejamos una selección:
Considerado como el antibacteriano natural más potente, La Miel de Manuka colabora en el tratamiento de gastritis y úlceras pépticas asociadas a la bacteria Helicobacter pylori. También ayuda en la curación de úlceras gástricas producidas por ácido acético. Sin duda uno de los mejores remedios para tratar y prevenir esta bacteria.

OzoneGast, indicado para el helicobacter pero también en general para toda afección gastrointestinal. Está diseñado para adherirse a la pared interna del estómago. Es una herramienta muy eficaz que así demuestran numerosos estudios clínicos. Reduce el tiempo de recuperación y reduce las probabilidades de recaída.
Aceite de orégano y aceite de semilla de pomelo. Ambos aceites actúan como antibiótico natural. Tienen propiedades desinfectantes, antibacterianas, antifúngicas y antivíricas que actúan eficazmente contra bacterias, hongos, virus y parásitos. Combinado en sinergia con el arándano rojo su acción es más fuerte frente a la bacteria.
Hongo Melena de León. Tiene propiedades beneficiosas para la mucosa gástrica e inhibe el crecimiento de la bacteria. Reduce la inflamación en casos de gastritis crónica y es protector frente a úlceras gástricas. Es un hongo protector y prebiótico por excelencia.
El ajo por sus propiedades antimicrobianas también podría ayudar a eliminar la bacteria.
Si se ha llevado un tratamiento con antibióticos recomendamos tomar probióticos para reestablecer las bacterias buenas que haya podido eliminar el fármaco. Además, esta bacteria es muy resistente y cada vez es más frecuente que haya cepas de Helicobacter que sobrevivan a los antibióticos.
Indicaciones a tener en cuenta
La evolución del Helicobacter va a depender de muchos factores, entre ellos, ser constante con el tratamiento, la dieta y un control del estrés. Si no nos tomamos en serio el tratamiento es muy fácil que vuelva a aparecer e incluso puede que no notemos mejoría si no lo hacemos del todo correctamente. Por ello, elegir un complemento adecuado que penetre bien en la mucosa es de vital importancia.
Recomendaciones en la alimentación
Mantener un buen equilibrio de bacterias en nuestro intestino es fundamental para que este tipo de bacterias no crezcan indiscriminadamente y alteren nuestra microbiota.
Durante el tratamiento tenemos que evitar ciertos alimentos, así como el alcohol y reducir el café todo lo posible. El tabaco también irrita la mucosa. Así, podemos decir que debemos llevar una alimentación equilibrada evitando alimentos que irriten o causen inflamación. A continuación te enumeramos los alimentos más pro-inflamatorios:
- Todo alimento que contenga azúcar añadido. Ojo, ¡el azúcar alimenta a esta bacteria! Esto incluye bollería industrial, galletas, bebidas tipo coca-cola, fanta…
- Lácteos, especialmente los más curados
- Zumos
- Salsas demasiado ácidas o picantes
- Alimentos fritos y rebozados. En general evitar alimentos grasos
- Reducir el consumo de carnes rojas y pescados grasos
Como última recomendación, se aconseja tratar de comer despacio y relajado y dejar un mínimo de tiempo para reposar la comida.
Si tienes alguna duda, no dudes en hacérnosla saber en los comentarios o en ponerte en contacto con nosotros.